Este tramo del Viaje por la Soberanía Alimentaria llegó, pues, a su fin.
Y digo este tramo porque este Viaje no comenzó hace un año cuando salimos a la ruta, sino, quizás, en mi primera incursión en tierras africanas, hace ya once años.
O tal vez antes también, en esa primera imagen de la hambruna de Etiopía, que aún hoy está fresca.
O vaya uno a saber cuándo.
Y no termina, claro está, ahora.
Sino que continúa, en lo personal, hasta que la Pacha me convierta en humus.
En las próximas semanas iré compartiendo agradecimientos, Señales de Soberanía Alimentaria por provincia, referencias de las fotos del Viaje, novedades de la Red de Cátedras Libres de Soberanía Alimentaria y Colectivos Afines, de la Red de Abogadxs por la Soberanía Alimentaria, del Museo del Hambre (el Hambre, sólo en un Museo. Centro de Lucha por la Soberanía Alimentaria) y de mi vida, transformada profundamente una vez más, a partir de ahora.
Por el momento sólo quiero decirles a todxs gracias y mandarles un abrazo fraterno, militante, soberano y libertario, el más fuerte de que soy capaz.
En unidad.
Marcos
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