jueves, 18 de febrero de 2016

Enlazando mundos en 9 de Julio

Miryam Gorban, la Coordinadora General de la Cátedra Libre de Soberanía Alimentaria de la Escuela de Nutrición de la UBA, me sugirió que pase por la Ciudad de 9 de Julio para conocer a Adriana Contarini. Y, como tantas otras veces, no se equivocó.
Adriana es licenciada en tecnología de alimentos y especialista en evaluación sensorial de alimentos. Hasta que se jubiló, estuvo a cargo del Departamento de Evaluación Sensorial de Alimentos (D.E.S.A) del Instituto Superior Experimental de Tecnología Alimentaria (ISETA) de la Ciudad de 9 de Julio, además de dar clases en la Universidad Nacional del Noroeste de la Provincia de Buenos Aires (UNNOBA).
Mientras compartíamos una deliciosa ensalada de la huerta que Adriana y su compañero Guillermo tienen en el fondo de su casa (y que riegan con el agua de lluvia que colectan y almacenan en una cisterna), Adriana habló de los "alimentos buenos para vender" en vez de "buenos para comer" con creciente indignación: por momentos el tono suave de su juicio cientifico es reemplazado por una encantadora rabiata italiana.
Adriana conoce como pocxs los secretos de la industria alimentaria y está embarcada en una cruzada por una alimentación saludable en la Ciudad. Comparte sus saberes de manera gratuita a través de unos talleres de alimentación saludable que organiza en el marco de la feria de la Ciudad. 
Uno de los objetivos de este Viaje por la Soberanía Alimentaria es identificar personas interesadas en promover la creación de Cátedras Libres de Soberanía Alimentaria (CALISAS) en las universidades en las que enseñan o estudian. 
Actualmente hay 12 CALISAS en todo el país, las cuales trabajamos en red a través de la llamada RED CALISAS.
Desde la RED CALISAS anhelamos que las CALISAS se multipliquen a lo largo y ancho del país y enriquezcan la Red y soñamos con que en unos años más en cada una de las 46 universidades públicas nacionales funcione una CALISA.
En la vereda de su casa, Adriana tiene una hermosa rayuela llamada "Enlazando Mundos" en la que cada casillero es un planeta del sistema Solar.
Al despedirme, no pude evitar pensar que la creación de una CALISA es, muchas veces, como la rayuela: se debe lanzar la piedra con precisión, saltar por momentos en pata coja y a veces en dos patas, avanzar, retroceder y agacharse para agarrar la piedra.  Exige equilibrio y coordinación.
De la mano de Adriana, la primera piedra para la creación de la CALISA en la UNNOBA está echada.




1 comentario:

  1. con Equilibrio y coordinacion y la piedra arrojada con certeza en el cuadro justo se lograran mas CALISA ! felicidades Adriana ! Gracias Marco por ir uniendo ideales !

    ResponderBorrar